El famoso cuadro ochentero dejó con el alma en pena a los chiquillos del Pollo en Conserva. "El tema me tiene bien complicado. Sentimos algo raro, una sensación de ambiente enrarecido, es difícil de explicar", parló el conductor subrogante Eduardo Fuentes, aún tembloroso.
¿La razón? Mientras Salfate hablaba de la tétrica ilustración, las cosas se pusieron color de hormiga. Primero se cayó un foco al set, provocando un susto colectivo en los panelistas. "Supongo que no me están webiando", soltó sin filtro Fuentes.
Pero ese fue sólo el comienzo, porque al terminar el espacio, varios espectadores llamaron a la producción para avisar que una lágrima caía del cuadro que habían mostrado. Todo se mostró a través de las pantallas.
"En el video se aprecia clarito, pero en el set no vimos nada, una gota de agua hubiera brillado, pero nosotros nunca lo vimos, es muy raro esto", juró de guata el animador a La Cuarta.
"Yo quedé con el alma en un hilo", parló Salfate, quien agregó que "me gustaría creer que es el mismo poder que uno le otorga a las cosas. Trato de no pensar en una maldición, pero claramente pasó, quedé perplejo".
Tras el programa el dolape experto en conspiraciones se sintió raro, como si le hubieran quitado todas las horas de sueño. Tuvo que descansar y mantenerse fuera del set un rato para seguir laburando.
OPINIÓN PROFESIONAL
Hugo Zepeda, teólogo y demonólogo, aclaró al diario pop que todos estos fenómenos son parte de la cultura popular y que claramente son fuente de energía y catalizadores de ella.
"Efectivamente el cuadro llora. Todo el mundo lo compraba, pero pasaron cosas tan raras que la gente empezó a quemarlos y por eso quedan muy pocos ahora. Tiene una carga muy especial", confesó el experto en lo paranormal.
Bruno Amadio, más conocido como "el pintor maldito", fue un artista italiano y el supuesto creador del cuadro. Según la leyenda, se cuenta que Amadio hizo un pacto con el mandinga para que sus pinturas tuvieran éxito, y le dio por pintar a niños que estuvieran llorando.
Uno de ellos fue un retrato de un pitufito que vivía en un orfanato. Una vez finalizada la obra, el establecimiento se incendió y acabó con la vida del pitufín. Lo curioso es que ha sido el cuadro de mayor difusión del artista.
En Chile, por ejemplo, se conoce al cuadro como El Niño que Llora o Niño Llorón y, si se gira 90º hacia la derecha, puede verse a un pez comiendo su cabeza.
TELEVIDENTES ALARMADOS
Al terminar el programa un tevito mandó la grabación que ya está en su diario regalón, donde se puede ver clarito cómo el cuadro deja caer un lagrimón. Pinche la pestaña "Videos".
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