Hace dos sábados los espectadores que acudieron al teatro Zorrilla de Valladolid para ver a Elena Furiase y Jorge Sanz, en la obra «Crimen perfecto» apenas se percataron del revuelo entre bambalinas. En ese momento el padre y manager de la actriz, Guillermo Furiase, se encontraba en el teatro, al igual que Lolita con su marido Pablo Durán, que habían acudido a ver a su hija tras 52 funciones por toda España.
«Me llamó el novio de mi hija para que fuera al camerino, donde me encontré a una persona sin fuerzas. Había que comenzar el segundo acto y Elena estaba agotada. No sabíamos qué ocurría, pero todos entendimos que no estaba bien. Nos quedamos su madre y yo con ella, la tranquilizamos y ella decidió acabar la función. Nos pusimos cerca del escenario porque nuestro miedo era que en cualquier momento se cayera», cuenta Furiase.
Su versión dista mucho de los rumores que han surgido estos días y que especulan sobre qué le pasó a la actriz y cómo se elaboró el certificado médico. Hay hasta quien ha sugerido que podría tratarse de miedo escénico, a lo que Furiase contesta que eso es totalmente incierto «en una chica que desde los cinco años quiere subirse en un escenario». Como prueba, ahí están las más de cincuenta representaciones que lleva con este obra. «Todas las personas que estaban allí vieron lo que ocurría. No se puede hablar así de una actriz que no ha parado de trabajar», añade.
Furiase no está dispuesto a entrar en polémicas. «De entrada, porque ninguna de las personas que estuvieron en el teatro dijo nada malo». Entre los presentes se encontraba Alain Cornejo, el empresario del teatro Zorrilla, quien tiene que hacer frente a las pérdidas que se ocasionaron ese fin de semana con la suspensión de la obra puesto que el sábado se comunicó que Elena no iba a poder estar. «A la mañana siguiente me la llevé a Madrid y se lo comuniqué al regidor antes de las once de la mañana, y ya en casa llamamos a un médico de Adeslas para que la reconozca. Llegó horas después y emitió un certificado que se envió al regidor, donde se apuntaba que tenía la tensión baja y agotamiento físico».
El lunes de la semana pasada, la actriz volvió al médico y fue la doctora Riñón quien emitió un nuevo certificado en el que se dice que Elena «padece una sobrecarga física por exceso de trabajo en los últimos meses con repercusión en su estado general debiendo disminuir su actividad laboral».
Estos días, algunos medios cuestionan la profesionalidad de la hija de Lolita. «Le dije al regidor que buscaran una sustituta en lugar de pedirle que pararan las funciones hasta su vuelta. Elena no quiere fastidiar a nadie. De esta historia la más perjudicada es ella, que se queda sin hacer setenta funciones y quién sabe si volverá a este cartel, ahora que habrá otra actriz», añade Furiase.
La productora del montaje también ha enviado una nota a los medios resaltando «la calidad humana y extrema responsabilidad profesional» de la actriz.
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